La lucratividad de plataformas digitales como Amazon y Google se sustenta en diversos mecanismos. Una de las principales estrategias es la generación de ingresos a través de la publicidad dirigida. Estas plataformas ofrecen servicios gratuitos a los usuarios, como motores de búsqueda, redes sociales y servicios de correo electrónico, mientras recopilan datos sobre el comportamiento de los usuarios. Utilizan esta información para crear perfiles detallados que luego venden a los anunciantes, permitiéndoles dirigir sus anuncios de manera precisa a audiencias específicas. Además, estas plataformas priorizan los resultados patrocinados sobre los orgánicos, lo que aumenta la visibilidad de la publicidad y maximiza los ingresos por clic.
El enriquecimiento de estas empresas también se fundamenta en el control de la atención de los usuarios. A través de algoritmos sofisticados, estas plataformas pueden personalizar el contenido mostrado a cada usuario, lo que aumenta la probabilidad de que permanezcan en la plataforma y hagan clic en anuncios. Este control sobre la atención permite a estas empresas cobrar tarifas más altas a los anunciantes por la exposición a una audiencia cautiva y altamente comprometida.
En resumen, las plataformas digitales como Amazon y Google se benefician económicamente al monetizar la atención de los usuarios a través de la publicidad dirigida y la priorización de resultados patrocinados sobre los orgánicos, aprovechando su dominio en el mercado digital para extraer rentas tanto de los usuarios como de los anunciantes.